26.2.13

Natación


Desearía que existieran unos auriculares subacuáticos o un reproductor de música que me permitiera escuchar música mientras nado. Es algo que realmente pediría para reyes. Realmente es muy frustrante estar nadando y que todos tus pensamientos vayan de un lado para otro, locos, sin seguir un camino, chillando en tu cabeza y sin dejarte descansar. 

Teóricamente, voy a nadar para despejarme, para olvidarme de todo, desconectar (y por mi espalda, claro), pero es que es realmente imposible hacerlo. Mis pensamientos siguen ahí, presos de mi mente y sin una fecha de salida. 
Si te soy sincero, me da muchísima pereza ir al gimnasio y ponerme a nadar, pero en el fondo sé que me va bien. Quedarme en casa significa estar sola en mi habitación, lo que conlleva a aburrirme. Así que le doy gracias a mi amigo, que está ahí siempre y me "obliga" a ir con él a nadar. 

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Sentirse bien


He llegado al punto al que no quería. El hambre. No es que esté lo que se llama "normalita", sino más bien demasiado delgada (a mi parecer). Este tema siempre me toca mucho la moral. Quiero estar normal, odio estar delgada. Muchas me dicen que estoy tonta, que estando delgada todo me queda bien. ¿Y qué? Realmente me da igual. Quiero engordar y ya hago todo lo que puedo. Como todo lo que me ponen en el plato, y si, ya sé que debería comer más variado y sobretodo cosas que no me gustan, pero no lo hago. Pero tampoco quiero llegar al punto de estar tan obsesionada y tener que ir al médico. Lo que quiero es sentirme bien con mi cuerpo y conmigo misma.  

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6.2.13

Instants màgics


Som a la platja asseguts sobre la roca màgica. El vent bufa suaument i ens gela les galtes però, res ens farà moure'ns d'allà.  Son passades dos quarts de  cinc de la tarda i el sol ja comença a amagar-se rere el mar. El cel segueix de color blau i els rajos del sol m’enlluernen la cara, així que m’obliga a tancar-los una mica si vull continuar mirant aquell instant màgic. Li agafo la mà i l’apropo a mi, vull sentir-lo al meu costat. L’abraço per la cintura i tanco els ulls, m’agrada notar la poca calor que m’ofereix el sol. Per quan torno a obrir els ulls, el sol ja s’ha post. El cel s’ha tornar preciós, és de color vermellós i és va tornant més fosc a mesura que miro cap a dalt. El contrast que fa amb el blau del mar és encantador. Paisatges com aquells, malauradament no es poden contemplar cada dia.